Hace unos meses Marc Vidal hablaba en Emprendedor por cuenta ajena sobre esos colaboradores que se implican de verdad y que marcan diferencias:
Los que hemos fundado startups con nuestro dinero sabemos que hay un camino largo a recorrer cuando hablamos de desarrollos que verán la luz en meses o años vista. Sabemos que necesitamos destino y lugar de aterrizaje y que eso no sucede a la vez que los ingresos entran. Sabemos que el delay está omnipresente y que durante meses uno mismo no hará más que ver como sus ahorros descienden hasta el pánico mientras todo tu equipo cobra puntualmente cada mes. En eso consiste ser emprendedor e inversor a la vez. Lo apuestas todo.
Cuando un “emprendedor por cuenta ajena” lo hace apuesta su tiempo y su conocimiento y espera recompensas también a futuro. Es muy parecido. Mi gente debe ser así, mi equipo debe sentirse emprendedor y debe sentir el frío de cara para en el futuro notar la satisfacción de ver como suyo el proyecto de todos.
Así me siento, y así me siento de defraudado….