Es muy común decir que lo importante no es el final sino el camino. Esto aplicado a mil experiencias vitales parece muy cierto, pero en desarrollo de software el camino puede no ser lo que parece.
De un antiguo artículo Proceso vs. Producto recupero ideas que me llevaron a buscar formación en productos y proyectos ágiles, lo cual, para alguien rodeado de presiones burocráticas tienen todo el sentido:
… El otro día un cliente de una de esas empresas nos contaba que para hacer un site tenía que ir aprobando entregables, cumplimentando requerimientos de cambios, y avanzando por un proceso que prima sobre el producto final. Al final obtuvo un site que no responde a lo que quería, pero justificable desde la metodología y proceso de trabajo seguido.
Es decir, el proceso fue el correcto, y el producto no.
Son empresas con jefes de proyecto (no de producto, ja!) dedicados a gestionar la administración del trabajo, de tal forma que nadie en el equipo se siente responsable del producto final.
De hecho uno de los síntomas más claros de que se lleva mucho tiempo en una de estas empresas es la total desvinculación emocional con los productos que generas cuando trabajas ahí.
¿Os suena? A mi si. Está en las antípodas de mi concepción vital pero en el día a día laboral. Siempre me he resistido a los procesos innecesarios, incluso hasta el extremo de ser muy parco hasta en le proceso de comunicar (… en casa …) pero sin llegar al extremo del Manifiest Programming ZBGURESHPXRE.
Pero esa desvinculación la vivo día a día con muchos “profesionales” que te dicen que ya han hecho su parte y no saben nada más del asunto, o que de lo que les estas hablando no es de su parte y por tanto no les interesa una mierda nada de lo que estas diciendo, a pesar de que esté totalmente relacionado y no es hasta que le peta su parte que empiezan a hacer caso.
Siempre he visto el programar o el diseño de cualquier tipo de producto como algo en lo que hay pasión y emoción por parte de los miembros del equipo o mejor que se vayan.
Pero otros sólo miran el proceso, los reportes de tareas y de horas y el seguimiento de las normas. Así nos va.