Como muchos de vosotros, supongo, me he zambullido en la biografía hecha por Walter Isaacson de este ídolo del siglo XX y XXI. Digo ídolo porque creo que es lo que más se ajusta, si lo defino como genio unos me atacarán, si lo defino como loco, lo harán otros, pero en realidad es todo esto.
Su biografía, como ya lo hizó la película Piratas de Silicon Valley, es un ejercicio de nostalgia, envidia, cotilleo, y admiración para toda una generación que crecimos a la sombra de lo que estos ídolos estaban haciendo, con la esperanza de emularlos (en la distancia) solo para descubrir que lo que ellos vivieron, que esa generación de garajes y hackers difícilmente volverá. Y nosotros no la viviremos, al menos no igual. Porque evidentemente hackers y startups siguen existiendo, pero ya no son lo mismo.
Centrándonos en la figura de Jobs, el libro parece ser mucho más crudo con él de lo que es la película, pero a la vez destila una admiración constante por él, hasta cuando acaba llamándolo «gilipollas«. Nos vende esa constante búsqueda, por encima de todo, de los mejores productos, cueste lo que cueste, que ha definido a Steve.
Pero es que él es Steve Jobs, ser como él sin ser él me temo que es imposible. Hacer lo que el hizo está fuera del alcance de los mortales y queda para Mark y Larry y cuatro más. Y estos no parece que compartan ese gusto por la perfección y la simplicidad que ha definido el legado de Jobs. A todos nos encantaría ser como él; todos reconocemos esa diferencia que tienen sus productos y podemos decir que es, pero no es lo mismo hacerlo. Podemos esforzarnos eternamente y a muy pocos les resultará posible construir productos perfectos. Sin entrar en si son cerrados o abiertos, no quiero polémicas, hacer innovaciones (aunque sean robadas) con el gusto y el estilo que enamora a tanta gente está fuera del alcance del 95% del mundo. Empezando desde abajo es casi imposible mantener esa insistencia en la perfección, y llegar arriba antes es solo posible para muy pocos. Nos tendremos que conformar con hacer mediocre aplicaciones para Windows…
Buscando enseñanzas, uno se queda con esa exigencia extrema por la excelencia, esa lucha por tener solo gente de primer nivel, por eliminar a los de segundo nivel. Eso sería ideal para todos, pero como se los llevan ellos nosotros tenemos que quedarnos aquí.
También me quedo con su idea de mejorar el mundo a través de los productos, es una especie de filosofía sobre lo que es una empresa, que más que estar aquí para ganar dinero, lo que busca es perdurar a través de sus productos y mejorar el mundo con ellos.
Su idea de construir una empresa que perdure y no un negocio rápido para venderlo también es transgresora con gran parte de la cultura emprendedora imperante en occidente. Quizá le viniese de ere ramarazo Zen, en mi opinión un poco impostado, que esgrimió toda su vida. Él quería una hacer empresa que perviva por varias generaciones, que significara algo en el esquema del mundo.
En fin, una lectura interesante, muy amena para un nerd como yo,casi obligada diría yo. Eso sí… laaarga.
Esto de eliminar a gente de segundo nivel suwna un poco nazi! No te parece! Creo que no debemos ser como el aunque admiremos las obras de la empresa que governo! La humanidad, respeto son valores irenunciables!
Hombre, si de lo que hablamos es de construir equipos de alto rendimiento donde no se admita un resultado mediocre yo no lo veo mal.
No me salgas por la tangente.
Me diars que Jobs le trataba bien a la gente!? Como te digo, me maravillan sus logros, pero la fora de tratar a su gente fue lamentable!
Pues evidentemente no trataba a la gente bien, pero da que pensar la condescendencia con al que solemos tratar a los colaboradores ante un resultado «no excelente», vivimos una sociedad que parece que quiere normalizarnos a todos por el nivel mínimo, en vez de resaltar a aquellos que lo destacan de verdad. Por eso su
mala educación«tremenda honestidad» dentro de lo malo tiene un lado bueno, no permitir que los que trabajaban con él se atrevieran a hacer su trabajo de forma menos que excelente.