Llevo una semanas leyendo y releyendo esta entrada de Odilas que es más que recomendable. La leo y no puedo más que morirme de envidia, envidia sana. Me encantaría poder estar en un equipo así o haber logrado armar uno con esa motivación. Y es que la situación que describe María Jesús del técnico saltando triunfalista resume todo lo que a mi me gustaría lograr con mis compañeros. Me encantaría que Odilas nos contara cómo lo consiguió, yo no conozco como lograr crear esa magia, esa motivación y determinación que a veces aparece y otras muchas no.
Desde luego todos sabemos como hacer que desaparezca:
Como contrapunto y con humos no pueden dejar de leer la serie de Andrés Frankestein, ya van 10 capitulos pero todos son desternillantes, si no te los tomas en serio claro ;). A mi el III y el IV me han tocado hondo. No puedo esperar a ver la XI.
Y en un tono más serio tenemos en Navegápolis una buena descripción de los dos extremos posibles de jefes.
De Odilas sólo pueden salir sugerencias interesantes y constructivas.
En el primer comentario de ese post de María Jesús, MarcG dice lo siguiente:
«La frase de «quiero a gente que se divierta», me ha evocado a otra frase mítica de Johan Cruyff (justo antes de que el Barça ganase su primera Copa de Europa):
«Salid y disfrutad».
Añadiría que no siempre que se disfruta se van a hacer las cosas bien, pero al menos siempre habremos generado el ambienta para mejorarlas 😉
Bueno, ya te lo confirmará Odilas, pero uno de los componentes de la poción creo que es que Odilas trabajaba con un equipo ad hoc, reclutado para la ocasión entre la red de profesionales autónomos en la que está. Así no hay proyecto rutinario ni equipo artificial.
Pero pueda ser que me equivoque, claro 😉 .
Bueno!, lo primero agradecerte la referencia y la admiración, a tí y a tus contertulios.
Confirmo lo que comenta mkl. Sabéis, me he pasado 20 años en grandes consultoras, viendo como los equipos eran organizados como meros recursos al servicio de la cuenta de resultados del departamento en cuestión. Considerando sus competencias técnicas, pero olvidando quien eran como personas.
A veces, en algunos de esos equipos surgía la magia. Eso ocurría, cuando de pura suerte, se concentraba en un momento y lugar, un equipo se personas afines que disfrutaban con lo que hacían. Todos los proyectos exitosos que recuerdo, lo fueron por este factor (aunque los de calidad buscaban la piedra filosofal en los procedimientos y la metodología).
Ahora, desde la independencia (la artesanía), intento reconstruir esas situaciones. No es fácil. En ese proyecto del que hablo, se me cayó parte del equipo a dos días de empezar. Hay gente a la que le da miedo la libertad (palabra). Costó mucho encontrar a las personas adecuadas, pero no importa el tiempo que inviertas en eso, el proyecto depende de ello. Yo «gasté» más tiempo montando el equipo que haciendo el proyecto. Hay clientes que tampoco entenderán eso.
La satisfacción del final compensa los nervios y las dudas. Yo creo en ese modelo de trabajo, y mucho otros también. Se trata de que nos encontremos y nos organicemos…así que cuando quieras hablamos.
Como dice Yoriento, no siempre se conseguirá, pero no por eso dejaremos de intentarlo, no ;-?
Un saludo
Buff, perdón por el rollo 😉
@odilas muchas gracias a tí. Y a @yoriento y @mkl.
Si, la magia no es fácil de conseguir, no.
Por cierto ¿Qué es eso de «red de profesionales autónomos»?
La red una forma de pensarnos sin las limitaciones de la individualidad y sin las restricciones de las empresas. Agentes libres que montan «Empresas a lo Hollywood» para abordar proyectos que se suelen llevar las grandes, no porque tengan más talento, sino porque tienen más cemento (mira, hasta rima). Iremos hablando de ello.