Si, hoy era el día en que me tocaba la revisión salarial. Mi jefe me ha dejado para el final y yo también le he andado evitando ¿Por qué nos evitamos? Evidentemente ambas partes nos temíamos acabar mal.
Llevo 10 años en la empresa, bueno los hago el próximo viernes, y desde el principio mi relación con el proyecto no ha sido la del asalariado típico. Me lo he tomado como me tomo todo proyecto «como si fuera mío» sin serlo. El resultado no puedo decir que haya sido malo. Ni que mis expectativas no se hayan cumplido en muchos aspectos. Desde luego no en lo económico aunque nunca ha estado mal y nunca ha dejado de crecer.
Pero llega un momento en que uno se plantea qué está haciendo. En mi caso, llevo años dedicandole el 90% de mi tiempo con noches y fines de semana por un mismo fijo y sin un sólo compromiso firme por parte de mi jefe y a la sazón propietario, vamos que si mañana cierra el chiringuito me quedo con una mano delante y otra detrás. Todo esto, masoquista que es uno, se llevaría si el proyecto fuera excitante pero no lo está siendo desde hace tiempo.
Hace meses le expuse que la cosa no podía seguir así. Puse sobre la mesa 3 aspectos que no podían seguir tal cual estaban:
- El proyecto: Hace tiempo que mi jefe sólo tiene en mente un proyecto novedoso en el que lleva metiendo el dinero y su tiempo por lo menos 2 años sin atender al 99% de su facturación que somos el resto. El problema no es tanto que tenga esa visión como que nos deja a los demás sin un norte, sin un objetivo y sin presupuesto para avanzar. El futuro es su proyecto pero el presente se nos complica y el dinero sale de ahí.
- El equipo: Como se puede inferir por varios de mis entradas iniciales mi opinión sobre el equipo con el que en estos momentos cuento no es buena. Hace tiempo que no encuentro innovación ni dedicación. Me veo sólo sin posibilidad de comentar con nadie mis inquietudes sobre todas las novedades como web2.0, Ajax, WPF, etc. etc. ¡Por dios que vendemos sistemas web en formato SaaS!
- Mi relación con la empresa. Lo he dicho así aunque principalmente es salario, se incluiría también la sensación que tengo de realmente no ser parte. ME he matado por esta empresa y nada es mio. Ni un 1%. Pero es que debo seguir matándome por ella. Día a día las cuestiones que requieren mi atención, mi gestión o mi supervisión superan el tiempo razonable para una jornada y es mi responsabilidad ya no hay nadie más detrás.
Lo más hiriente es que mis expectativas se entienden como locas e imposibles cuando son las mismas que hace 7 años. Con aquello que ya creía justo hace 7 años me daría por enterado del compromiso real de mi jefe conmigo. Y no es una locura. Los tiempos han cambiado pero este objetivo es el de un consultor gerente de una multinacional con 1 sólo proyecto entre manos. Han pasado 7 años y durante todos ellos he mantenido de 4 a 7 proyectos en paralelo!
Pero no sólo del pasado vivo, si no lo arreglé entonces mal lo voy a arreglar ahora. Baso mis pretensiones en el futuro, tengo cientos de ideas y proyectos que podrían cambiar radicalmente nuestros productos y la percepción que de ellos tienen los clientes. Pero entre que no hay equipo y que mi jefe sólo tiene tiempo y dinero para su proyecto y para desmontar el tuyo no encuentro forma de darles salida, aquí.
Y eso le he expuesto. Buen negociador él me ha dejado claro que no hay forma y se las ha arreglado para posponer la reunión. Me ha ganado esta mano 😦
Anímate, lboisset, que si bien el mal de muchos es consuelo de tontos, también es cierto que en todas partes cuecen habas. En mi caso particular, sin ir más lejos y salvando las ditancias por el puesto que ocupo yo, me encuentro en una situación similar a la tuya. Al final, por tener algo de vida privada, por no amargarme cada noche pensando que no estoy recibiendo loque me merezco, por impedir que mi trabajo absorba el resto que de mi persona queda al margen de lo laboral, he decidido no poner todos los huevos en la misma cesta. Cuando el egocentrismo se apodera de las empresas las cosas dejan de ser lo que uno soñaba.
Ese jefe y propietario es muy similar al que yo tuve, y digo tuve, porque me marché de la empresa después de diez años (como tú). No le bastaba tu esfuerzo, tu sudor, tus horas, tus noches y tus fines de semana, quería tu vida para apoderarse de ella. Y a cambio, qué? Después de todo ese tiempo lo único que recibí fué un NO a una última petición y un «…ten presente que lo peor de una empresa son los trabajadores». Esto me lo dijo todo un señor jefe y propietario de una multinacional (eso dice él, creo que en su empresa nadie se lo cree) cuyo único proyecto, ese único proyecto al que tú te refieres es enriquecerse y enriquecerse… a costa de esos trabajadores que menosprecia.
Creo que lo que deberías de hacer es cambiar tu planteamiento con respecto a tu trabajo y sobre todo a él, considerando además que ya sabes cuál va a ser su próxima respuesta (si no ha hecho nada en estos diez años, qué te hace pensar que lo va a hacer en los próximos?). Deja tus horas extras y tus fines de semana para quién realmente lo merezca. Qué puedes perder?
Hola Luis, animo:-) interesante exposicion!!!!Cual es el unico proyecto que ve tu jefe?Suerte
Muchas gracias a todos.
Chol: Entiendo lo que dices, lo difícil es lo de no poner todos los huevos en la misma cesta. Para ello tendría primero que sacar todos de mi empresa. Ese paso es complicado pero es seguro que acabará ocurriendo.
Sunny: Si, siena muy muy parecido. Yo aún no le guardo rencor, estoy donde estoy porque lo he ido decidiendo, siempre es culpa de uno mismo. Pero dado que mi cargo es de responsabilidad es ciertamente complicado dejar las horas extras y los fines de semana. Al final tienes que enfrentarte sólo a los clientes y eres tú mismo el que acaba tomando compromisos, no tu jefe. O me voy o ponemos más recursos no veo más soluciones.
Jorge: El proyecto es una división de «comercialización de datos y consultoría» que en teoría nos va a catapultar a las galaxias pero que por ahora, tras 3 años lo único que ha significado han sido miles de horas dedicadas, mogollón de pasta, personal y… ni un duro. Todo eso lo está financiando nuestro negocio tradicional al que proporcionalmente no se le ha inyectado ni la décima parte de energía ni dinero. Está «ciego» con las posibilidades de ese producto. Otros no lo hemos visto igual en ningún momento.
Me permito incluir una conversación privada que a raíz de esta entrada he tenido con Arturo, un amigo (espero que no te moleste). Me parece que la misma completa bastante mis puntos de vista. Artúro me decía:
(…) Claro que debo luchar por algo más que mi equipo. Hace un año le planteé los 3 pilares:
Qué Proyecto,
Con qué equipo
y con qué relación con la empresa.
Me centré para ser constructivo en los dos primeros puntos. Del proyecto no se mojó pero del equipo me prometió que incorporaría personas a todos los equipos. Ha pasado un año y si bien no todo puede ser culpa suya, con las salidas que hemos tenido, estamos como hace un año pero con gente menos experta 😦
También tienes que recordar que en proyectos no tenemos equipo y que cada vez que me meto me estoy metiendo en el área de responsabilidad de otro. [En mi empresa lasa cosas no son normales]
Por eso este año me he planteado que se acabo, que o me coloca en una posición correcta o… o nada al final, pero que lo sepa.
En el fondo no busco más pasta (todos lo hacemos) como que cumpla algo que nos prometió hace ya 7 años: participación en la empresa. Que menos que si la relación de uno de tus directivos (a nuestra escala claro) es como la que yo tengo, este sea parte, aunque sea pequeña, del proyecto. ¿No?
Es el pan nuestro de cada día, el empresario sólo piensa en el mismo, es un avaro compulsivo sin ninguno tipo de sensibilidad ni bondad, no debes malgastar un minuto en alguien que se está enriqueciendo a costa de sus trabajadores, si quiere que le dediques horas ponle el taximetro, eso hice yo hace 3 años y desde entonces tengo más tiempo libre.
Convendremos todos que eso es un estereotipo de «empresario». Evidentemente mi jefe es un empresario y se metió en esto para llevárselo «doblao». Es él el que más arriesga. Hace 7 años habría mantenido 100% lo que dices pero ahora sólo puedo decir que en gran medida yo he jugado el juego, y el salario, el reconocimiento no ha sido malo. Pero siempre sensiblemente inferior a lo que uno considera justo.
Mi empresa no es mal sitio para trabajar. El ambiente es bueno y comprensivo. Pero el jefe, como todos, busca ahorrar en todo lo que puede. Y esté lo hace en sitios incomprensibles.
No estoy desdiciéndome de lo que expongo arriba. El tema de fondo no es en sí el salario como el tener una libertad, un presupuesto, ser parte de algo. El poder desarrollar un proyecto propio y no sólo lo que él quiere.
Este es mi caso. Yo si que me dedico en cuerpo y alma a lo que me ilusiona y lo que quiero es que mi trabajo me ilusione como en algún momento lo hizo o como otras cosas lo hacen. Si no, efectivamente, ya está bien de horas extras, pesadillas y desvelos.
Creo que o cambian mucho las cosas o vas a tener que tomar otro rumbo profesional, en otra empresa me refiero. La participación prometida, no quiero ser mal pensada pero me temo que se refiere a «tu» participación en la empresa, es decir a «tu» trabajo, tú debes de participar con «tu» trabajo, «tu» máximo esfuerzo para darlo a la empresa, a su empresa. Creo que debes de darle un ultimátum, porque no se trata de que no le guardes rencor, no sois amigos, se trata de que te dé lo prometido, lo que te mereces porque tú sí has cumplido tu parte, él no. No debes de dejar que te lleve a una relación paterno-filial recíproca, en la que él te cuente sus penas u otrora, se las cuentes tú, es una relación profesional de adultos, no te dejes embaucar. En el fondo te está tomando el pelo, como creo hace con todos, a ver hasta cuando o cuanto le dejas. El no va a mover pieza, te toca a tí y tú no te decides porque temes su respuesta.
Por otra parte, para tener un buen equipo, preparado como bien dices, se ha de ofrecer un buen sueldo porque un profesional preparado así lo requiere, lo otro son incorporaciones baratas que sí, después de una formación y un tiempo serán válidos (o no) pero ya jugamos con variables: su oferta salarial (pequeña) y tu trabajo de formación y entrega (grande en tiempo y recursos) a estas personas que van a formar parte de tu equipo. Siempre tu «participación» (a este nivel) va a estar por encima de la suya. Y después te dirá que no lo entiende, que con todo lo que él hace por la empresa…(aquí, efectivamente, no te miente: todo lo hace por la empresa, no por los trabajadores y tengas o no un puesto directivo, eres un trabajador para él).
Arriba dices: «…ha pasado un año y si bien no todo puede ser culpa suya, con las salidas que hemos tenido…». No te engañes, ni dejes que él lo haga, esas «salidas» son únicamente culpa suya, culpa del menosprecio con el que trata a la gente y culpa, sobre todo de que la gente se canse de dar y no recibir: no me estás regalando nada, estás solamente pagando mi trabajo y mi esfuerzo, porque yo soy un profesional y vengo aquí a trabajar, no a pedir limosna.
Bueno, después de toda esta exposición, te habrás dado cuenta de que tu empresa, fué mi empresa y de que hablo con conocimiento de causa. Yo no le guardo rencor (eso sólo crea mal karma) porque ni siquiera lo merece, pero me molesta ver como se ríe de nosotros en nuestra cara y, lo peor de todo… que le dejemos.
Vaya, veo que hay más de un conocido escondido por aquí. ¡No os escondáis!
Por si las moscas he pasado mi décimo aniversario en la empresa… En casita que se está mejor. Y tratando de no pensar mucho en todo esto.
Hola Luis,
No he podido responderte hasta ahora, pero ya sabes quién soy y lo que pienso.
Desde aquí solo me queda animarte y aconsejarte que priorices: no todo es urgente. Y ya sabes lo que se dice: «Si el problema tiene solución, para qué preocuparse y si no tiene solución… para qué preocuparse».
Que todo te salga bien, ya sé que lucharás porque así sea.
Un saludo afectuoso.
Hola,
Haciendo honor al término “Navegar por Internet”, he caído en este blog (no preguntes cómo porque no lo tengo claro) y he empezado leyendo la pagina de inicio. De ahí a Familia y Amigos, luego Áreas de interés, y de la misma forma he comenzado a leer tus… ¿post del blog? (no domino mucho esta jerga, corrígeme si me equivoco).
El caso es que me ha enganchado todo un poco y en particular esta última entrada. Sigo sin poder explicarte el porqué, aunque supongo será porque, o bien engancha, o bien no tengo nada mejor que hacer (mentira). Lo cierto es que me he sentido bastante identificado con todo esto ya que, salvando también las distancias, me encuentro en una situación parecida.
La primera gran distancia es que yo pertenezco a esa generación Y que tan poco calas. Digo Y porque nací en los ochenta (casi setenta), no porque me sienta identificado con ninguna de esas sentencias que agrupan a la gente para intentar entenderla. Lo que quería comentarte va por ahí.
Soy sangre fresca en una empresa similar a la tuya. Con su dueño desconfiado y estresado por cada céntimo que “gasta” en el negocio. Llevo dos años y desde el primer día noté ese sentimiento de “esto es lo que hay” en las caras de todos, a pesar de la juventud de muchos de mis compañeros. La gente no siente los colores y así no se trabaja a gusto de nadie, y menos de uno mismo. Y el culpable de esta situación es exclusivamente el dueño, incapaz de motivar pregonando que somos unos privilegiados por trabajar en algo tan apasionante como lo es su empresa. Pretende que amemos a su hija como si fuera nuestra. Porque sí. No se da cuenta que con esos sueldos precarios y esa incapacidad para delegar y de trasmitir motivación no se va a ningún lado. Hay gente muy valida desaprovechada, hay vejestorios que no mueven un dedo salvo para abrir sus suculentas nóminas, hay jefes buenos y jefes malos, cada uno con sus cosas, unos por sus cambios de humor, otros por su arrogancia, y otros sencillamente viven aislados.
Somos unos doscientos empleados (no llega), y empiezo a ser de los veteranos. La gente va y viene como si RRHH fuera realmente una ETT. Pero luego hay ideas buenas, gente que sabe mucho y sabe trasmitirlo, con lo que el problema de todo esto es aquello por lo que yo entiendo se le llamó “utópico” al socialismo, si juntas a vagos con trabajadores en un mismo entorno y con unas mismas condiciones, consigues que todos sean vagos. “Si yo me mato a trabajar y salgo una hora tarde todos los días y Fulanito no hace ni el huevo porqué voy a seguir matándome si nadie me lo reconoce??”.
Ese es el cáncer de mi empresa, y me sorprende ver que es un fenómeno bastante habitual. Realmente, más que sorprender, me hunde. Yo siempre quiero pensar que al final los esfuerzos se ven recompensados, unas veces antes y otras después. Y por eso no me voy. Es como un reto personal. Me esfuerzo por trasmitir, en pequeñas dosis, optimismo a mis compañeros. Quiero adquirir responsabilidades y demostrar a todos que realmente no es como lo pintan. Y me aterra fracasar y convertirme en un asqueado oficinista.
No sé si pertenezco a una raza de optimistas ambiciosos de “educación pudiente” o si simplemente soy eso, sangre fresca.
Hola Carlo,
Me alegra que mis opiniones te atraigan y sí, no estás sólo. Somos muchos con esa misma situación. En el mundo hay gente de muchos tipos pero unos nos implicamos en lo que hacemos y otros no.
En mi entorno lo que he ido encontrando es que la gente que es cómo yo ha dado el salto a montar su propio negocio. Es normal, esta inquietud, estas ganas de hacer cosas, de romper moldes al final requieren de la libertad de ser tu propio jefe.
Pero claro eso es «arriesgado» y más en los próximos meses. Así que toca quedarse y hacer lo que uno sabe hacer. Esforzarse por «disfrutar» de los pequeños logros y éxitos como si fuera «enormes» y esperar la oportunidad de hacer lo que correcto en el momento correcto.
Que sólo unos pocos se dejan la piel, y además te miran raro por verlo normal. Cada uno es como es y debe encontrar su sitio. Si no se te valora ese esfuerzo hay que encontrar el sitio donde si lo hagan, no siempre en €.
¿No tienes ese sitio en tu empresa actual?
Hola Luis, veo resentimiento en tu mensajes ¿por que?¿por que no cambias de aires? si tienes claramente identificado el problema debes solucionarlo ¿no?
Animo!
Jorge
Hola Jorge,
Resentimiento ninguno. En mi caso creo que si tengo el reconocimiento y la valoración (evidentemente con discrepancias en la cantidad). Y como digo no es este precisamente un momento «económico» particularmente atractivo para emprender aventuras. Y sobre todo me faltan compañeros de viaje. Se que es una excusa pero sólo por querer hacer «algo» sin que ese algo esté definido y sin nadie con quien lograr perfilarlo se hace complicado montar «algo» porque «algo» solo «algo» no da dinero aunque intente convencer a los de CajaMadrid 😉
Soy todo oídos, Jorge ¿Tienes ideas? ¿Buscas emociones?
Yo ya tengo bastantes emociones, por que cuando no las tengo, emprendo el viaje hasta encontrarlas:-) lo mismo te digo, el momento correcto empieza en el momento que te sientes frutrado y por tue mesnajes creom que algo de eso hay!
Jorge
Me alegro por ti. Como te digo resentimiento no. Frustración tampoco, al menos no estas semanas. Un poco de resignación y muchas ganas de hacer cosas.
Desde luego cuando escribí la entrada había un poco de todo, pero valoro mucho mi empresa y lo que creo que he conseguido con ella. A pesar de lo que saco. Si es a eso a lo que te refieres.
Hombre, no dudo que tu empresa te aporte muchisimo, a mi tampoco me aporto hasta que dejo de hacerlor:-) no es nada malo buscar nuevas emociones:-) animo!!!
Pues yo creo que en un momento de frustración no hay que buscar la escapatoria, hay que salir superarlo primero y aprender de él. El momento para dar el paso tiene que ser un buen momento, y desde ese colchón de autorealización lanzarse al «vacío». Es mi idea.
Algún día espero emprender yo también mi viaje, pero más que falta de compañeros, tengo falta de ideas… y quizá de maurez profesional. ¿Seguir en «mi campo»?, ¿Cambiar?. Hmmm….
Hola Carlo, esa idea es muy atractiva pero siendo sinceros pocas veces te planteas cambiar un buen momento por todas las «emociones» que te esperan dando el salto. A mi también me gustaría hacerlo así pero no creo que sea de esa forma.
Las ideas no son tan importantes, al menos eso dicen los que se suponen que saben de emprender (el libro negro del emprendedor), tampoco son necesarios los compañeros. Aunque luego me encuentro entradas como las de Ángel María, que me confirma que sólo ni loco.
Lo de cambiar de campo es muy atractivo ¿Vas a estar toda la vida haciendo lo mismo? Uff. A mi a veces me da la vena de dejarlo todo y aprender a pintar o a componer música. Pero creo que acabarán siendo hobbies de mayor.