Como comentaba ayer este es un momento de nuevos inicios pero a la vez de despedidas. Mientras nuevas personas se incorporan a una organización otras salen. Esto es normal estos días, demasiado normal de hecho en Madrid estos días.

Y si bien uno asume el reto de formar y entrenar a nuevos miembros del equipo con ilusión no deja de pensar en lo duro que es ver irse a un buen colaborador, con toda su experiencia, su adaptación al equipo, la confianza ganada.

Yo no he pasado por grandes empresas, la mia no pasa de 100 personas, pocos equipos sobrepasan los 20 miembros. En estas condiciones el esfuerzo que requiere formar y capacitar a alguien es altisimo y las salidas muy dañinas. Evidentemente no se puede frenar la evolución de la gente ni sus aspiraciones. Pero tampoco podemos seguir el mercado a lo loco. Este a veces sube otras no tanto pero el negocio de una empresa no siempre sigue el de las grandes que marcan sus normas.

¿Cómo sobrevivir en un entorno como este? Con presiones constantes y una competencia brutal en el reclutamiento por parte de grandes consultoras, banca y tecnológicas. ¿Cómo mantener el talento o la motivación de la personas de tu equipo?

Nosotros optamos por aceptar el hecho de que se irán, al final se irán, muchos se irán. Casi seguro que los mejores se irán. Y tenemos sencillamente que darles y obtener lo máximo mientras viajamos juntos en esto y luego desearles lo mejor.

A veces hay que resignarse y mantener los pies en el suelo. Somos sólo parte del camino.