Al final era la responsabilidad

Sin responsabilidad no hay eficacia en ningún caso y tampoco es algo que se pueda poner en manos de un tercero para que lo haga por uno. No es delegable.
A vueltas sobre la responsabilidad en amalgama de letras

¡Era la responsabilidad! Lo que llevo tiempo buscando para describir el sentir de los equipos que conozco, amigos que escucho, clientes que visito es: la responsabilidad. O la falta de la misma que hace que la eficacia de las personas y los equipos desaparezca. Esa falta de eficacia y con ella de calidad de resultados y de empeoramiento de ambiente laboral son algo que cada vez encentro más en las conversaciones de colegas, compañeros y profesionales.

Todos saben que la mejor forma de trabajar es «hacerlo bien» es decir que el resultado sea correcto y no haya que repetirlo. El ser humano no es infalible y por tanto el fallo es algo que hay que aceptar pero ¿Qué hacemos cuando el fallo es lo normal? ¿Donde buscamos las razones o las soluciones?

Evidentemente lo primero es valorar la situación, analizar la capacitación de los equipos para las tareas con problemas. Hay que valorar el tiempo y dedicación  asignado a las mismas y vigilar por tensiones o presiones sobre las características o resultados. Si todo esto entra dentro del margen (o te aseguras en momentos concretos de que tengan lo que ellos reclaman) entonces ¿Qué te queda? ¿Como pueden las cosas salir mal? Falta de responsabilidad y compromiso.

Si, responsabilidad y compromiso: motivación. Siempre llego a lo mismo. No sé porqué es pero es algo que me sorprende cuando lo veo, y lo veo mucho: un completo desapego por el trabajo, como si este fuera una penitencia. Un desapego que parece agravarse en este momento de crisis, cuando debiera ser al revés al empezar a ser casi un privilegio tener un trabajo, un trabajo seguro.

Me imagino que los que han experimentado la  falta de trabajo en general valorarán en mayor medida el tener uno, pero hasta en ese segmento me encuentro con personas desencantadas, a las que parece que sus antiguos empleadores han defraudado pero lo van a pagar los nuevos. Y contagian a los compañeros.

Y uno no sabe que hacer, primero porque ya no hay dinero para buscar mejores compañeros o para tratar de motivar, aunque @seniormanager tiene razón al decir:

A un trabajador puedes pagarle por venir a trabajar,
pero nunca podrás pagar por su lealtad

via twitter@seniormanager

Aunque en el fondo esa vía siempre fue un error:

The best use of money as a motivator, is to pay people enough to take the issue of money off the table.

— Drive: The surprising truth about what motivates us « The Agile Warrior

via NodoTIC

En fin me temo que me queda muchas sorpresas aún.

7 comentarios en “Al final era la responsabilidad

  1. Luís, reducirlo todo a dinero no es un buen camino. Desde luego que los equipos poco motivados rinden menos y son menos responsables en sus actitudes pero el problema no radica en ellos, sino en sus superiores. El problema suele venir más de la filosofía de empresa que se les ofrece, si las motivaciones de las personas no concuerdan con las de las empresas empiezan los problemas.

    Y aunque el individuo pueda ser un ser responsable, la situación le lleva a un bloqueo que no le permite rendir con ilusión suficiente como para cubrir las expectativas. Esas que surgen un viernes a la hora de empezar el fin de semana y surje un marrón con un cliente. En algunas circunstancias el individuo no se da por enterado o pasa la responsabilidad a otro, a «la empresa» como si ello no fuera con uno, algunas consciente de su desinterés, y vencido por argumentos que considera de peso, pero en otras de manera incosciente. La misma persona en otras circunstancias se levanta el sábado temprano y lo resuelve.

    Su responsabilidad es también la de su jefe que debería conocerlo y entender sus motivaciones, aunque no las comparta. Pero hay que buscar soluciones que sean sostenibles a largo plazo y claro, por el camino unos siguen otros se van y unos pocos deben ser ayudados a irse. No siempre es posible alinear a todo el mundo con tu misma filosofía. C’est la vie!

    1. Lo se Roger, esas situaciones que describes eran el argumentario tradicional y es a lo que me refiero con analizar el problema y descartar esas cosas. Ademas no me centro en hacer mas horas o contar con ellos en emergencias, sino en la calidad del resultado y la productividad en horas laborales.

      Lo que describo no es una situación concreta o que este sufriendo yo, es algo que de un tiempo a esta parte oigo en muchos sitios y de muy distinta situación: «tenemos mucho trabajo pero no encontramos a nadie» o «los tiempos o formas los ajustamos a lo que el equipo nos pide pero luego nunca se cumplen fechas o falla por todos lados» o «el informe se pidió con tiempo y no logran hacerlo o que las cifras cuadren».

      Empiezas a ver que lo que falta es responsabilidad, es como si no fuera con ellos, como si esta sociedad actuales hubiera instaurado en un «lo que cuenta es que lo he intentado», «a mi no me digas nada que he hecho todo lo que podía».

      Así no vamos a salir de este pozo de crisis.

    1. Probablemente tengas razón. Pero centraron en la gestión creo que no es el único aspecto.

      Me siento cómodo dentro del concepto de «redes» de profesionales, artesanos que se dice últimamente, perfecto. Pero ¿Y que harán en ese nuevo modelo productivo estos de los que hablo? ¿Cuantos de los que no sienten ninguna responsabilidad en sus organizaciones pueden destapaste como un gran artesano en red?

  2. Gracias Luis por la cita. Estamos viviendo tiempos difíciles. Hemos pasado de la opulencia fingida a la más severa crisis. Eso socava los valores, las percepciones que cada uno tiene y los paradigmas al uso. Son tiempos de cambio.

    En cuanto a tu artículo, la responsabilidad es el pilar de la eficacia, así lo creo. Pero quedarse aquí sería como ver el caramelo y no tomarlo. La responsabilidad no sólo va ligada a la eficacia, conditio sine qua non para obtener ésta, sino que es necesario tener la capacidad suficiente para desarrollar las tareas, saber automotivarse ante las dificultades, gestionar la vida profesional y sus tareas, además de una pizca de suerte y saber simplificar las cosas. Eso, en mi opinión, es el camino a la eficacia.

    Ahora bien, con tantas variables, el grado de eficacia final puede ser una lotería. Bien dices que no parece que los equipos estén por la labor. Encontrar que las piezas del puzzle se junten es algo bastante difícil. Cualquiera puede decirlo.

    Gracias de nuevo, un saludo y que tú y tus lectores paséis unas felices fiestas. 2011 traerá una mejora en la responsabilidad de todos, seguro.

    1. Gracias Ernesto. Como siempre muy acertados tus comentarios.

      Efectivamente no hay que quedarse en uno solo de los factores pero de verdad creo que diste en uno clave, sin el que el resto de variable poco pueden hacer.

      Felices fiestas y prospero 2011 😉

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