Me gusta releer los artículos del blog, por aquello de que son un cuaderno de vivencias personales. Y de paso porque me falta inspiración estos días (y productividad! Que me da que no he acertado en las lecturas veraniegas).

El caso es que hace dos años y medio que me volvía loco buscando alguna forma de motivar a mi equipo.  Para mi está en plena vigencia. Cierto es que acerté hace dos años cuando planteé que la solución estaba en un proyecto regenerador, hace un año lo daba por confirmado, pero ahora puedo decir que si que está ocurriendo, pero claro, el tiempo no pasa en balde, y la situación actual es infinitamente más complicada que hace 2 años y con ello las presiones, y necesidades hacen que el «pequeño Eden productivo» que han montado esté en permanente peligro por las necesidades ajenas al proyecto.

Si, he usado la tercera persona del plural: «han montado«. Finalmente mi participación como mucho se puede decir que se reduce a hacer de parapeto protector del equipo. Ellos solos se han montado  organizado muy a lo Scrum. Me gusta. Pero estoy fuera. 😦