Pasé entre la multitud de almas que conocían las pruebas terribles que amenazaban Shikastra, y atormentadas por las suerte de sus hijos, amigos, amantes, suspiraban y languidecían alrededor de las salas de asamblea donde los poderosos peroran y deciden –o creen decidir- los destinos de Shikastra. Algunos me reconocían «Johor déjame entrar, déjame que les explique …» Y claman y se lamentan,pero siguen ahí escuchando las riñas pueriles que se suceden en las mesas de conferencias, los torneos de fuerza contra fuerza, de poder contra poder, mientras se avecina el fin…
Shikastra (1979) – Doris Lessing