Si, al final se terminó.

Han sido 17 años, muchos, quizá demasiados. Desde luego demasiados.

He dejado unos días antes de ponerme a escribir porque hay mucho que pensar y mucho que callar. En realidad aún no he salido y tampoco tengo aún la suficiente perspectiva, pero ya está hecho y no hay vuelta atrás. Mi relación con Infonis se acerca vertiginosamente a un final y mi vida tendrá que organizarse a partir de ahora de otra forma.

Uno siempre piensa en dejar las cosas en el mejor momento. Salir por la puerta grande, dejando las cosas en su máximo explendor. Pero eso no pasa salvo en las películas o para esos amigos que todos tenemos y cuyo éxito nos sirve de referencia de lo que nos falta a otros. No, nosotros acabamos saliendo por la puerta de atras, a lo sumo por la lateral.

Estos 17 años han dado para mucho, son toda una vida. Una vida en la que he conocido y compartido con los que entiendo son y serán mis amigos para siempre. Justos construimos algo que casí fué grande y disfrutamos mucho en muchas ocasiones haciéndolo. Pero hacía demasiado tiempo que hablar de ello era hablar del pasado.

Hace mucho que ya no es mi proyecto, que ya no lo controlabamos, que ya no teníamos la libertad y la autoridad para ello. Hace tiempo, mucho, mucho antes de que mi situación cambiara radicalmente hace 2 años, que nos habían cortado las alas. Supongo que no fué un deseo expreso pero ese fué el resultado.

El resto, como dicen en los deportes, fue el tiempo de la basura.

Yo llegué a creer en este equipo, no, sigo creyendo el este equipo. Si, sigo. Estoy convencido de que si nos dejaran podríamos construir cosas increíbles. Que juntos y con libertad no habría nada que nos parase. Que juntos, nuestra motivación y dedicación no tendría límite. Y que hasta seríamos felices. Pero se encargaron, consciente o inconscientemente, de separarnos. De no dejarnos seguir.

Os voy a echar mucho de menos, estoy seguro de que volveremos a estar juntos más pronto o más tarde. Y entonces que se preparen…

Os quiero tios.