El primer problema que nos encontramos los emprendedores (…) es que cada etapa de la empresa requiere a profesionales distintos. A veces te encuentras a personas que son capaces de crecer y evolucionar con la empresa, (…) pero en otras ocasiones estas personas no evolucionan y tienen que dejar paso a nuevos profesionales mejor cualificados.
Un equipo sin movimiento -sin entradas ni salidas- es un equipo muerto, pero la manera de hacerlo mejorar no es la aplicación de perversas y estúpidas campanas de Gauss, sino conseguir que cada uno de sus miembros progrese individualmente para mejorar como conjunto. […] Si tu responsable permite que se acumule Grasa alrededor de ti, huye. La Grasa es contagiosa. Mancha y es difícil de limpiar.
Muy recomendable la lectura del artículo de esta semana… Te hace despertar del sopor y el pringue en el que vives.
Quien mejor para hablar bien de una empresa que sus propios empleados que conocen a ciencia cierta todo lo que sucede en su interior. Nadie es perfecto y ninguna empresa lo es tampoco pero seguro que si dentro de las empresas se respira un buen ambiente los propios empleados tomarán conciencia de que pueden presentarse fallos y por sentido común comprenderán que «los trapos sucios de lavan en casa» y si tienen un elevado nivel de compromiso intentarán solucionar aquellas imperfecciones que puedan resultar de la operativa diaria para que no se vuelvan a presentar.
Repito, que no te confunda el hecho de que algunas cosas no te parezcan inteligentes. Si el ordenador, es capaz de hacer cosas … que un programador no puede hacer porque no tiene conocimientos o inteligencia suficiente, es que el ordenador es inteligente (eg. un ordenador no es más inteligente que un programador porque el primero sume dos números en 10-9 segundos y el segundo necesite papel y lápiz, lo es porque el ordenador es capaz de deducir que una instrucción no hace falta y puede ser optimizada ¡cuando el programador cree que sí hace falta!).
Una muy interesante y desconcertante reflexión sobre a donde va nuestra profesión, y qué quedará de nosotros al final. Llevo toda la vida fantaseando con ordenadores más potentes, con ordenadores que se programen a si mismos, imaginando participar en ello (ya, ya se que esto de hacer programas de gestión no se le parece 😦 ) que darme cuenta de que gran parte de eso ya lo tenemos, que constantemente las máquinas nos corrigen y mejoran el resultado de nuestro trabajo sin darnos cuenta, es chocante pero real.
Ciertamente solo nos queda esforzarnos en el límite de lo conocido, en hacer lo que ellas no pueden para seguir teniendo algo de sentido en la fórmula. Pero esto es en realidad aplicable a todos los profesionales y profesiones hoy en día. Todas están en una constante y acelerada transformación que obliga a adaptarse. Así que no vale quejarse.