Bueno quizá deba decir que han sobrevivido. Como para muchos ayer lunes fue para mi el día de retorno a la cruda realidad. Y la verdad no ha sido para tanto. Claro que llevaba varios días leyendo y releyendo varias entradas (varias de las que he hecho referencia) para concienciarme del modo en el que debía presentarme.

En otras ocasiones uno aparecía deprimido o desmotivado, la respuesta tipo al «¿Que tal?» era del tipo de «Mal… ya estoy aquí», etc. Esta vez me he concienciado de llegar profundamente positivo. De no poner mala cara a los ¡¡1.200!! eMails que tenía en el buzón. ¡Y no eran Spam! Bueno, la mitad erán copias automáticas pero 300 me los he tenido que leer y… Pues no pasa nada. Muchos correos pero nada importante.

¿Que distinto se ven las cosas antes y después? Supongo que un purista o «don perfecto» se habría ido tranquilo, habiendo dejado todo atado y bajo control. Algún día me tocará a mi. Lo intenté de verdad. Y cierto es que con el objetivo de no dejar cosas abiertas pero sin hacer locuras trabajé las últimas semanas antes de las vacaciones. Dando fechas razonables para este septiembre, simplificando cuestiones ytratando de irme sin armar escandalo. ¡Vaya! Al final va ha ser que funciona.

No onstante, atrás quedan varias semanas de desconexión total. O debería decir conexión por que me llevo una media de 8 horas de ordenador diarias, nocturnas debería decir. Haciento cualquier cosa menos lo que hacía a diario. Haciendo esto, un blog. Probando del.icio.us, Flickr, Facebook. Intentando entederlo o compararlo con MySpace. Para acabar volviendo a revisar mi LinkedIn, mi XING. O buscando alojamiento profesional y gratuito en 1&1.

Y todo para volver a tener algún tipo de liderazgo en la planificación estratégica de mi compañía y por que no decirlo de otros posibles proyectos.

En resumen, para mi, estas vacaciones y este retorno al curro han sido totalmente distintas a los últimos 5 años por lo menos. Mucho, mucho mejores.